La belleza y cultura, una historia que contar
la belleza y cultura, una historia que contar
El cuerpo ha condicionado la estética a lo largo de la historia y en las diferentes culturas. No es nuevo en nuestra sociedad que se de más importancia al cuerpo de la mujer que al del hombre. Mientras que al hombre se le relaciona con la fuerza, el vigor y el poder, a la mujer se le asocia con la belleza, el atractivo sexual y la sensibilidad.
En las diversas etapas de la historia se han ido imponiendo diferentes cánones de belleza, y muchos hombres y mujeres se han visto obligados a seguirlos y cumplirlos. En algunos casos, adaptarse a ese patrón de belleza ha supuesto y supone un riesgo para la salud.
¿Quieres estar guap@ y a la última? Aquí tienes todo lo que necesitas saber…
¿Para ir a la moda? ¡No te lo pierdas!
Según la Real Academia de la Lengua, la moda es el “uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país, con especialidad en los trajes, telas y adornos, principalmente los recién introducidos”. Así pues, es todo lo que se estila en un determinado momento y lugar. Hoy nos chocaría ver a alguien por la calle con un traje del siglo XVI, o encontrarnos en una boda a un chico con bermudas, chanclas y una camisa hawaiana, pero debemos saber que esto es así porque nosotros hemos decidido que así sea. Si ahora se pusiese de moda acudir con shorts, bikini, zapatos de aguja y sombrero cordobés a los grandes eventos, veríamos maravilloso y estupendo que en la entrega de los premios Goya, o de los Óscar, las grandes celebridades fuesen vestidas de ese modo a recogerlos. Incluso, al ir así vestidos, ayudarían a afianzar esta moda entre l@s que no somos “famos@s”.
Por tanto, lo que “se lleva” o “no se lleva” es una decisión arbitraria, es decir, depende de un acuerdo social que todos aceptamos, no es una “verdad absoluta”. Lo curioso de este “acuerdo” es que realmente a ninguno nos preguntan nunca que es lo que más nos gusta o que querríamos que se pusiera de moda… Consiste en un modo de proceder instaurado por una minoría “importante”, que llega a nuestra sociedad y es aceptado por la sociedad. Cuando llevas un determinado modelo o marca de pantalón ¿te has planteado si lo llevas porque algún famos@ o alguien de tu entorno lo lleva, o porque realmente te gusta?
Seguir o no seguir una determinada moda es una opción personal, nada ni nadie tiene por qué obligarnos a seguirla. Por eso,
si elegimos seguir la moda, es importante adaptarla a nosotros mismos, no ser nosotros quienes nos adaptemos a ella. Veámoslo con un ejemplo.
Si está de moda el morado y a mí no me favorece porque me apaga mucho la cara… ¿para qué me voy a comprar un jersey de ese color? Pero además supongamos que, se lleve o no se lleve, me quede bien o mal, si a mí me gusta y me hace sentir bien llevar un jersey morado pues ¡perfecto! Debo tener en cuenta lo que yo quiero, lo que me gusta y me hace sentir cómod@, y no guiarme sólo por la moda imperante.
Elige de la moda lo que te quede bien, lo que te interese y, lo demás, descártalo. Es más, si no quieres seguirla, estás en tu pleno derecho y contribuyes así a que haya más diversidad. J
Todo vuelve…
Hoy en día, a pocos se nos ocurriría ir vestidos con pantalones de campana y con blusas o camisas con volantes al estilo de los años 70 pero: ¡tiempo al tiempo chic@s!. La moda va y viene, lo que hoy es “lo más”, mañana ya no se lleva. Pero 10 años después se vuelve a llevar… Parece que la “creatividad” de muchos diseñadores y modistos hace tiempo que ha llegado a su límite.
El mundo de la moda es un ciclo que se “reinventa” una y otra vez, que recicla lo que ya no se usa, que innova mínimamente y nos hace seguirla a su capricho…
¿Te suena haberte reído de la moda de los 80? Y ahora resulta que lo que se vuelve a llevar es una de las prendas estrellas de la época: los pantalones pitillo.
Todos queremos gustar, agradar, sacarnos partido, dar la mejor imagen de nosotros mismos, etc. pero no por ello debemos dejarnos manipular por lo que otros dictan ni obsesionarnos con nuestra imagen.
¿Quieres que sea la moda quien te dirija o ser tú quien la elija?, ¡tú mism@!
La moda quiere salir al público y necesita espectadores; la moda “a escondidas” no existe. Tiene lugar un continuo cambio de papeles entre los actores y los espectadores, que se enmarca en una interminable interacción de rivalidad”. (El Baile, Abraham Bosse, grabado en cobre, aprox. 1635). ¡Fíjate que ya en el siglo XVII pasaba lo que pasa ahora!!
¿Qué es eso de estar guap@?
¡Tú ya eres guap@! Ninguno de nosotros somos perfectos, pero todos tenemos un rasgo NUESTRO, personal, único e intransferible que nos hace atractivos/as y que nos identifica. Seguro que tienes unos ojos bonitos, una mirada interesante, una sonrisa simpática, un modo de caminar sensual, un gesto gracioso, unas manos bien cuidadas o cualquier otra característica que te hace especial. No se puede pretender medir 1’80 si se mide 1’65, no se puede tener una 38 si se gasta una 42, no se puede tener unos ojos azules si se tienen marrones… En definitiva, no se puede pretender moldear el cuerpo para adaptarlo a los vaivenes de una moda que otros/as deciden por mí.
La seguridad en uno mismo, la aceptación de lo que soy y de lo que tengo, la alegría y la ilusión son los “trucos” que nos hacen más bellos y atractivos a los ojos de los demás. El tener estas características solo depende de ti y de tu actitud ante la vida, no necesitas quirófanos, ni dietas, ni dinero para tenerlas… ¡están en ti!, ¡sácalas y potenciarás tu belleza! ;)
¿Quieres saber lo que se llevaba antiguamente?
Te ofrecemos un paseo por la historia para que compruebes que el prototipo de belleza ideal y de moda ha ido cambiando según las épocas.
- “En las sociedades primitivas se prefería a la mujer gruesa, pues era símbolo de fertilidad, prestigio y alto estatus”, como se ve en la figura.
- “Durante el Imperio Romano se destaca el papel procreador de la mujer”.
- “Durante la Edad Media engordar era símbolo de riqueza y salud. El atractivo se centraba más en la ornamentación externa que en el cuerpo y apenas se distinguía la vestimenta de ambos sexos”.
- “A partir del siglo XIV se empieza a diferenciar la ropa entre hombre y mujer (se piensa que éste es el inicio de la moda). El cuerpo de la mujer empieza a valorarse socialmente, usando ropa que lo realce”.
- “En los siglos XV a XVIII se sigue valorando a la mujer rolliza con grandes caderas y pechos. Incluso se llega a colocar almohadillas bajo la ropa para acentuar dichos atributos. Ser una mujer gruesa era sinónimo de riqueza y salud; los hombres se enorgullecían de tener una esposa así porque significaba que la podía mantener”.
- Foto del David de Miguel Angel. Comentario: “En el renacimiento, al igual que en la Grecia Clásica, se ensalzaba el cuerpo del hombre atlético”.
- “En el siglo XVIII está en auge la moda francesa. Se rige por el uso del corsé (para diferenciar clases sociales) y el miriñaque (para destacar las caderas). Comer poco era signo de distinción”.
- “La Revolución Francesa promueve un acercamiento a las clases sociales, por ello elimina el corsé y el miriñaque. La ropa resalta las zonas del cuerpo sin reducirlas”.
- “En el siglo XIX volvemos a lo anterior… Se resaltan de nuevo muslos, caderas y nalgas y se vuelve a usar el miriñaque”.
- “Con la Revolución Industrial mejoran los medios de comunicación y, con ellos, hay una mayor facilidad para difundir los valores estéticos: corsé (talle de avispa), polisón (resaltar nalgas) y faldas que se estrechan hasta las rodillas. Se detectan los primeros casos de anorexia nerviosa”.
- “En el siglo XX empiezan a enseñarse las piernas y aparece la falda corta y la falda pantalón.
¿Quireres conocer más curiosidades de este siglo,?
- Años 20 : Deja de llevarse el cuerpo con curvas para valorar más las formas rectas. (foto de Lauren Bacall)
- Años 50: Se llevan dos estilos de mujer:
- (Foto de Marilyn Monroe): Uno de formas más curvadas (destacando pecho y caderas).
- ( Grace Kelly y Audrey Hepburn): Otro de formas más rectas, sin curvas.
- Años 70: Surge el “fenómeno Tweggy”. Tweggy era una modelo inglesa de 17 años muy muy delgada que causó furor en su época y fue imitada por muchas jóvenes del momento (foto de Tweggy).
- Hasta nuestros días: Se implanta el tipo de mujer extremadamente delgada. (Foto Angelina Joly). En los 90, la presión social se hace eco de esta delgadez y la “impone” como canon de belleza. Además, “estar delgado” se asocia a tener éxito y ya no implica una distinción entre clases sociales.
La moda, a través de los medios de comunicación, lleva a cabo campañas que fomentan la figura femenina como modelo andrógino, es decir, muy similar a la figura del hombre en la que priman las líneas rectas. Al hacerse públicos casos de anorexia como el de Victoria de Suecia o Nieves Álvarez, se empieza a tomar conciencia de este tipo de trastornos. Se demuestra que la idea errónea de que el cuerpo es maleable (que se puede adelgazar a nuestro antojo y que puedo controlar si adelgazo solo el culo o el vientre o los muslos, etc.) atenta seriamente a la salud.
Además, hay que subrayar el impacto que las nuevas tecnologías van teniendo en la estética femenina a raíz del “boom” de los videojuegos, donde se observa un estilo de mujer artificial con pechos y caderas pronunciadas hasta la exageración. La figura recuerda a la barbie de los 50, ahora “laracrofts”.
¿Te preguntas cómo eran y/o son las mujeres de otras culturas?
Para que te des cuenta de que el concepto de belleza cambia según las culturas, descubre en qué basan su hermosura las siguientes mujeres.
- Mujeres ugandesas (labios plato). Si te fijas, se colocan grandes platos en el labio inferior hasta llegar a su deformación. Para ellos, éste es su símbolo de belleza.
- Mujeres massai (orificios lobulares). Las mujeres massai utilizaban carretes metálicos para prolongar sus lóbulos hasta los hombros. También se ponían discos en la boca e iban aumentando su tamaño.
- Mujeres de la tribu Karen (cuellos de jirafa). Los collares se utilizan para resaltar la belleza y como detalle para saber que provienen de una familia rica. Una mujer Kayan se colocó hasta 27 collares, pesaban 9 kilos y le alargaban el cuello unos 10 cm. Éstos son permanentes, pues pasado el tiempo los músculos se atrofían y si se retiraran los collares no podrían sostener su propio cuello.
- Mujeres chinas (pies reducidos). El pie parece no ser considerado bello en China, por lo que, a las mujeres, desde niñas, les vendaban los pies para reducirlos